Según se ha publicado en varios estudios, la mayoría de consumidores todavía desconocen el nivel de ineficiencia de sus propias calderas. En este contexto, se ha impulsado el Proyecto HARP (Heating Appliances Retrofit Planning). Se trata de una iniciativa en la que participan cinco países: Alemania, Francia, Italia, España y Portugal y que financia la Unión Europea a través del marco Horizonte 2020. Se busca promover el uso de etiquetado para impulsar la renovación de calderas.
Situación en la UE
En la Unión Europea, el 40% del consumo energético corresponde a los hogares. De este porcentaje, el 85% corresponde a calefacción y agua caliente sanitaria. Es decir, más de un tercio del consumo energético corresponde a este apartado.
El problema es que 120 millones de calderas (un 65% del parque total) son antiguas e ineficientes y son responsables del 30% de las emisiones de CO2. Además, la tasa de reemplazo es solamente del 4% (muy inferior a la deseada si se quieren llegar a los objetivos marcados).
Situación en España
En España, se calcula que la cifra de aparatos ineficientes y contaminantes es aún más elevada: el 85% del total. Los últimos cálculos apuntan a menos del 15% de calderas de condensación (de media, este tipo de calderas permiten ahorrar un 25% de la energía y generan un 35% menos de emisiones de CO2).
En el sector, existe la creencia de que si los ciudadanos conocieran la cantidad de ahorro energético que consiguen con una caldera nueva, no sería tan común la opción de reparar la antigua y más gente optaría por la opción de renovar. Hay voces que piden incluso etiquetar los nueve millones de calderas existentes en el país para acelerar este proceso.
Proyecto HARP
HARP ha desarrollado una metodología propia basada en la experiencia de otros proyectos y que cuenta con 5 fases:
- Concienciación: hacer entender la oportunidad que supone un cambio en los equipos de calefacción y agua caliente sanitaria través de campañas (material, vídeos, seminarios, redes sociales) y contacto indirecto mediante profesionales (a los que se dará formación específica), y vía políticas públicas.
- Cuantificación: a través del etiquetado, que permite estimar el gasto de más que esta pagando un usuario con una caldera antigua.
- Oferta del mercado: difundiendo las diferentes tecnologías con las que sustituir a las antiguas, tanto convencionales como renovables, e indicando el etiquetado correspondiente.
- Beneficios: mostrándoles el potencial de ahorro de consumo, reducción de gastos de conservación y de las emisiones de CO2 y otros beneficios adicionales (mejora del confort, reducción del ruido, mejora en la calidad del aire…)
- Motivación: con el objetivo de ampliar el etiquetado energético indicativo a otras esferas de acción, como los planes de financiación e incentivos públicos.
App HARP
Para llevar a cabo este plan de acción, el Proyecto HARP contará con dos aplicaciones, una para consumidores y otra para profesionales (esta última será más completa, ya que incorporará información más detallada y con un perfil más técnico). Además, los datos serán compartidos entre los cinco países participantes, por lo que, desde ella se podrá acceder a la información de todos ellos.
Una vez insertados los datos requeridos, la aplicación generará una etiqueta de eficiencia similar a la que se encuentra ya en los nuevos electrodomésticos. Adicionalmente, la aplicación ofrecerá una nueva propuesta de calefacción óptima y más eficiente indicando:
- La aplicación señalará qué tecnología entre las actuales disponibles en el mercado es la óptima para el caso concreto.
- La potencia necesaria para el uso de la nueva tecnología.
- El nivel de eficiencia que alcanza la tecnología propuesta.
- La inversión requerida para el cambio de sistema de calefacción.
- Los ahorros energéticos anuales producidos como consecuencia del cambio de sistema.
- Ahorros económicos anuales debido al empleo de una tecnología más eficiente.
- Estimación del ahorro de emisiones de CO2 anuales derivadas del cambio de calefacción.
- Payback o plazo en la que se recupera la inversión inicial por los ahorros obtenidos.
- El Valor Actual Neto (o NPV, por sus siglas en inglés) de la inversión.