El Bono Social Térmico lleva más de dos años en vigor pero, debido a la pandemia y a las consecuencias económicas de esta, ahora está más vigente que nunca. En este artículo, te contamos en qué consiste, cómo solicitarlo y la cuantía de esta ayuda.
Qué es el Bono Social Térmico
Se trata de una ayuda que aprobó el Gobierno en octubre de 2018 con el fin de proteger a los sectores más vulnerables de la población y paliar los efectos de la pobreza energética. Este bono se percibe en el primer trimestre del año y está destinado a sufragar los gastos de calefacción, agua caliente y cocina de las viviendas de los solicitantes, independientemente del sistema térmico que tengan instalado.
Bono Social Térmico: requisitos
Para poder percibir este bono, la persona interesadas debe tener contratada una tarifa eléctrica PVPC -o Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor- y estar acogida al Bono Social Eléctrico. Este es igual que el bono térmico, pero para cubrir los gastos en electricidad.
Además, la percepción de la ayuda y la cuantía de esta depende de algunos factores, como la cantidad que ya se perciba del Bono Social Eléctrico, de la partida destinada en los PGE (Presupuestos Generales del Estado) y de dónde vivas -se da prioridad a los solicitantes que residan en las zonas más frías del país-.
Si te estás preguntando como percibir el Bono Social Eléctrico, debes tener un nivel de renta bajo. Esta cantidad no debe superar los 7.520€ en el caso de alguien soltero y los 18.799€ si la unidad familiar cuenta con dos menores o más.
En el caso de los pensionistas, se debe ser receptor de la prestación mínima, es decir, entre 8.386€ y 11.701€ al año.
¿Cómo se solicita?
La ayuda se otorga automáticamente a los receptores del Bono Social Eléctrico teniendo en cuenta los factores que acabamos de describir. Esto quiere decir que no hay que presentar ningún tipo de documentación extra para ser beneficiario.
¿Cuánto dinero me darán?
La cuantía mínima a percibir -si se recibe algo dependiendo de los factores ya mencionados- es de 25€. Esta cantidad puede aumentar y, en los casos más extremos -el de los consumidores vulnerables severos que vivan en una zona fría-, puede llegar hasta los 124€.