Descalcificador de agua para calderas, ¿es necesario?
Instalar un descalcificador de agua es una opción cada vez más popular en España, sobre todo en zonas donde esta tiene exceso de cal y magnesio (son los elementos causantes de las incrustaciones que se forman en las instalaciones). Precisamente, descalcificar el agua se puede resumir en eliminar el exceso de dichos elementos en el agua a través de intercambios iónicos.
Según la calidad del agua que sale por nuestro grifo, esta se puede dividir en agua dura, agua blanda y agua media. Estos aparatos reducen la calcificación del agua, que viene bien a nuestra salud y a la economía de nuestro hogar.
Descalcificador de agua: mejora la economía doméstica
Como acabamos de comentar, un descalcificador no solo puede mejorar la calidad del agua que bebemos, sino que también nos permite ahorrar dinero, ya que la cal se adhiere a la pared de la caldera (o a la resistencia de la lavadora) y hace que ésta necesite más energía para funcionar. De hecho, cada milímetro de cal representa un 16% de energía derrochada. Además, con un descalcificador contribuyentes a alargar la vida de tus electrodomésticos. Es decir, no notas un ahorro inmediato, pero a largo plazo aprovechas mucho mejor la potencialidad de este tipo de aparatos y alargas su vida útil.
Mejora tu salud y confort
El agua ya filtrada y sin cal es recomendada para aquellas personas con piel atópica o con alergias a los carbonatos, pero no solo es beneficiosa para la piel, también tu pelo te lo agradecerá, ya que la cal hace que pierda brillo y que se reseque.
Además, verás como todo brilla más: desde el grifo y el váter, hasta la vajilla o los cristales).
Quién necesita un descalcificador
Como hemos dicho, el agua se puede dividir según el nivel de cal y, en principio, no es imperativo instalar un descalcificador, aunque se recomienda en aquellas zonas con aguas más duras (en España se concentran, sobre todo, en el litoral mediterráneo).