Cuando no vamos de vacaciones tomamos una serie de medidas de seguridad con nuestra caldera como su desconexión, apagado del acumulador de agua y cierre de la llave general del agua, para evitar posibles problemas de inundación.
Con el regreso de las vacaciones, y ante la inminente llegada del frío, debemos prepararlas para garantizar su correcto funcionamiento, evitar posibles averías y no tener sorpresas tanto en la factura del consumo como en posibles reparaciones.
Por ello, si no quieres pasar frío ni derrochar energía, es conveniente que leas nuestros consejos, que varían según el tipo de caldera:
- Caldera eléctrica. Su funcionamiento y mantenimiento es muy sencillo, sólo es necesario ajustar las horas de apagado y de encendido según nuestras necesidades de consumo.
- Caldera de gasoil. Únicamente tendremos que realizar un purgado de los radiadores, mediante la apertura de la válvula de cada uno de ellos con la finalidad de que salga el aire que se haya podido acumular dentro del circuito. Lo purgaremos mediante la colocación de un recipiente debajo del purgador, la apertura de la rosca y el giro de la válvula; cuando empiece a salir agua significará que el radiador está correctamente purgado.
El paso siguiente será el suministro de gasoil por los profesionales, bien a la vivienda particular o a la comunidad.
- Caldera de gas. El proceso de puesta a punto es un poco más largo, pero nada complicado. Los pasos para seguir son los siguientes:
- Limpiar la suciedad acumulada en las rejillas. Se realizará en seco y con ayuda de un cepillo, para evitar posibles daños y problemas de funcionamiento.
- Revisar la conexión, para evitar que pueda dar lugar a un fallo de encendido.
- Comprobar que la presión esté entre 1,2 a 1.5 bares. Si no fuera así, deberemos purgar los radiadores para que la presión se mantenga dentro de estos parámetros.
- Poner en marcha la caldera para comprobar que todos los radiadores calientan, teniendo en cuenta que la temperatura óptima está entre 70ºC y 75ºC para ahorrar combustible y retrasar el envejecimiento de las piezas.
Si, pese a los pasos que te indicamos, notas que tu caldera emite algún ruido extraño o no funciona correctamente, ponte en contacto con un profesional.
Te recordamos que las calderas de gasoil requieren una revisión anual y las de gas natural cada 2 años. Por otro lado, las inspecciones obligatorias son cada 5 años en ambos tipos de caldera, salvo en el País Vasco que son cada 4 años.
Como ves resulta muy fácil hacer que tu caldera funcione perfectamente de cara al invierno. ¿A qué esperas para ponerla a punto?
Véase también «Cómo detectar si tu caldera tiene fugas de gas«.